La Miastenia Grave (MG) es una enfermedad crónica (dura mucho tiempo), autoinmunitaria (las defensas normales del organismo se vuelven en contra del mismo). En la MG, un anticuerpo (ACRA), que debiera cumplir funciones de defensa, interrumpe la unión entre el nervio y el músculo y provoca debilidad y fatiga muscular excesiva.
En la MG a medida de que el músculo más se esfuerza, mayor es la debilidad. Los síntomas son peores por la noche y suelen mejorar por la mañana luego del descanso. Los músculos que se ven más afectados son los de los párpados y los que mueven los ojos, provocando caída de los párpados (que suele ser fluctuante y asimétrica), visión doble, y los músculos de la cara, la garganta y los respiratorios, produciendo dificultad para masticar, tragar, hablar y hasta respirar (en las Crisis de MG).
La MG afecta más frecuentemente a mujeres entre los 18 y los 40 años de edad, y puede ser secundaria a algunas enfermedades del TIMO (un tejido similar a un ganglio linfático que se ubica en el tórax detrás del esternón).
Para el tratamiento de la MG contamos con varios elementos. En primer lugar muchas veces se recomienda reposo ya que puede fatigar los músculos comprometidos.
El primer paso del tratamiento farmacológico es con BROMURO DE PIRIDOSTIGMINA, el conocido Mestinon (r). Este fármaco no cura la enfermedad, sino que mejora los síntomas. Su dosificación debe ser controlada por el Neurólogo ya que si se toma en exceso puede generar peoría del cuadro de debilidad.
Los tratamientos siguientes tienden todos a neutralizar el exceso de inmunidad. Se utilizan los Corticoides, Azatioprina y en casos de crisis de MG (empeoramiento que genera necesidad de internación y control respiratorio) INMUNOGLOBULINA ENDOVENOSA o PLASMAFÉRESIS, que actúan en forma rápida pero transitoria sobre las defensas en exceso.
En algunos casos es necesario quitar el TIMO quirúrgicamente (Timectomía).
Con todas las herramientas disponibles, la MG en el gran porcentaje de los casos, es controlada lo suficiente como para desarrollar una vida normal. Ya que pueden aparecer recaídas, el control a largo plazo es imprescindible.
Es un padecimiento crónico (dura mucho tiempo). Se caracteriza por el dolor que puede aparecer en múltiples sitios y que varía de un sitio a otro. El dolor puede ser quemante o con sensación de presión. Los lugares del cuerpo donde aparecen son múltiples y a veces cambiantes. Se acompaña de dos síntomas como fatiga e insomnio y el curso suele ser fluctuante con épocas de mejoría y peoría y los estudios complementarios no revelan alteraciones en ninguna parte del organismo.
Son frecuentes también falta de concentración, la sensibilidad aumentada a estímulos como olores o ruidos intensos e incluso a fármacos en bajas dosis.
La FM se acompaña de depresión, ansiedad e insomnio con frecuencia, que cursan paralelamente, sin una relación causa-consecuencia.
La FM es mucho más frecuente en mujeres entre los 20 y los 50 años de edad y en quienes tienen antecedentes de familiares de FM.
Para diagnosticar la FM deben descartarse las pocas enfermedades que pueden parecerse y considerar muchas variables, como el tiempo de evolución, las características del dolor, pero sobre todo, una mirada global de la persona que incluya los aspectos emocionales habitualmente afectados en la FM.
Las últimas investigaciones postulan que si tomamos el ejemplo de la "alarma de una casa", la alarma estaría calibrada en un nivel muy bajo, suficiente para que un mínimo estímulo genere dolor. Desde el punto de vista químico, sabemos que quienes padecen FM, al igual que quienes padecen depresión, tienen descendidos los niveles de Serotonina, un neurotransmisor cerebral vinculado a la sensación de bienestar. Hasta no hace mucho se la consideraba secundaria a enfermedades psiquiátricas. Sabemos hoy que está asociada pero que no tiene un vínculo causa-consecuencia.
La atención de pacientes con FM, requiere una evaluación detallada en la cual es conveniente la participación del Neurólogo en conjunto con un equipo interdisciplinario entre el Psiquiatra y Psicólogo y Médico Clínico. El tratamiento incluye en muchas ocasiones al Kinesiólogo y al Fisiatra.
Se requiere muchas veces el uso de fármacos como la pregabalina y también algunos antidepresivos, que elevan la actividad de la Serotonina.
Lamentablemente la FM puede presentarse muy crónicamente. Afecta la calidad de vida y muchas veces ocupa un lugar central en la mente del paciente, con pensamientos negativos y temor al error médico y a padecer enfermedades incurables con mal pronóstico.
Dolor crónico sin causa
Prof. Dr. Roberto Rey
Médico Neurólogo MN 65626
Director del Instituto Argentino de Investigación Neurológica (IADIN)
Jefe de Neurología del Sanatorio Finochietto
Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires
En los últimos años hemos ido conociendo cada vez más, cuáles son los mecanismos que
generan el dolor. Un tipo especial de dolor que perdura en el tiempo es el conocido
actualmente como DOLOR NOCIPLÁSTICO que es el que genera cuadros de dolor crónico en los
cuales no se encuentra ninguna lesión estructural en los tejidos que duelen ni en las
conducciones nerviosas que lo transmiten.
El ser humano cuenta con mecanismos inhibidores, inconscientes e involuntarios del dolor que
nos permiten realizar múltiples actividades que pueden generar algo de dolor.
Lamentablemente en determinadas situaciones, estos mecanismos de “control” del dolor
pueden fallar involuntariamente por lo cual, la persona a la cual le falle este mecanismo,
sentirá dolor ante estímulos que normalmente no lo producirían.
El descubrimiento de que estos mecanismos analgésicos internos fallan, han sido identificados
a través de estudios de investigación tanto en biopsia de tejidos, Resonancia Magnética
Funcional entre otros, que en la práctica no son necesarios para identificar estos tipos de dolor
crónico, pero que han logrado identificar las disfunciones del sistema nervioso central, en
inhibir el dolor.
Lamentablemente esos cuadros de dolor crónico en los que no se comprueba una lesión,
suelen asociarse a síntomas como ansiedad, depresión e insomnio, que han llevado a
numerosos profesionales a considerar que el dolor era de origen psicológico o psiquiátrico,
cuando en realidad deberíamos pensar que se trata de asociación de problemas y no un efecto
causa-consecuencia.
Cuadro como la FIBROMIALGIA, en los cuales hay dolor en múltiples lugares del cuerpo, a lo
largo de mucho tiempo, sin que se detecten lesiones que lo justifiquen, se asocian a ansiedad,
depresión e insomnio, como así suelen contar con antecedente de contracturas y distintos
dolores como cefaleas, lumbalgias cervicalgias e incluso dolores intestinales. No es infrecuente
que la FIBROMIALGIA sea lo suficientemente intensa y molesta como para ser el centro de la
vida del paciente, repercutiendo sobre sus afectos y sus actividades sociales y laborales.
Si bien el diagnóstico luego de varios años de padecimiento suele ser sencillo, el tratamiento
suele ser prolongado y no existe una curación mágica. Deben utilizarse fármacos, psicoterapia,
terapia física y evitar una reclusión social y laboral.
La FIBROMIALGIA es muy frecuente, y se estima que cerca del 4% de la población mundial la
padece y sin duda……………..afecta muchísimo más a las mujeres.
DOLOR NEUROPÁTICO. Dolor de la mente o del cuerpo? Rey RD (Ed.), Freynhagen R, Bendersky M,
Jaureguiberry, Guaycochea S, Vivé J. Editorial Fundación Medifé, Buenos Aires, noviembre 2019.
La ESCLEROSIS MÚLTIPLE (EM) es una enfermedad crónica (dura mucho tiempo), autoinmunitaria (las defensas normales del organismo se vuelven en contra del mismo) restringida al Sistema Nervioso Central. Las defensas del organismo atacan a la mielina (componente de la sustancia blanca) en distintos sitios y en distintos momentos. Hay varias formas clínicas de la enfermedad y la más frecuente es la llamada en RECAÍDAS Y REMISIONES, en la cual esta actividad autoinmune, cursa en forma de episodios (RECAÍDAS) en los cuales se afecta la mielina (desmielinización), con posterior mejoría del cuadro (REMISIONES), dejando muchas veces secuelas discapacitantes.
Se puede afectar a cualquier lugar del SNC que contenga mielina, como el nervio óptico, la médula espinal, el cerebro y el cerebelo, produciendo respectivamente alteraciones en la vista, el movimiento de brazos y piernas o la coordinación de los movimientos. En ocasiones también se pueden generar cuadros de dolor neuropático (ver DOLOR NEUROPÁTICO) y fallas en el control de los esfínteres.
Otras formas de la EM son las SECUNDARIA PROGRESIVA y la PRIMARIA PROGRESIVA, en las cuales no se producen las RECAÍDAS, sino una peoría progresiva de las funciones.
El diagnóstico de la EM debe hacerse sobre la base del cuadro clínico, con la asistencia indispensable y la RESONANCIA MAGNÉTICA, y en ocasiones el complemento de los Potenciales Evocados y el estudio del Líquido Cefalorraquídeo. Es imprescindible descartar otras enfermedades similares que requieran tratamientos distintos.
El avance de la ciencia en el tratamiento de la EM ha sido muy importante en los últimos años 20 años, ayudando a que numerosos pacientes hayan podido mantenerse sin secuelas ni discapacidad.
Anteriormente se disponía de muy pocas posibildades de frenar a la enfermedad y en la actualidad se disponen de numerosos tratamientos para las distintas formas y etapas de la EM. Todos ellos actúan neutralizando el exceso de defensas que atacan a la mielina. Hay tratamientos por vía oral, subcutánea, intramuscular e intravenosas, con distintos mecanismos de acción y eventos adversos. Estos tratamientos requieren la participación imprescindible del Neurólogo, ya que tienen potenciales eventos adversos que requieren recaudos especiales y controles periódicos.
Esclerosis Lateral Amiotrófica y Esclerosis Múltiple: Lamentablemente el nombre de estas dos enfermedades neurológicas tan distintas es similar lo que genera muchas confusiones. No tienen ninguna vinculación entre sí, dan síntomas distintos, con tratamientos y pronósticos diferentes (ver ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA).
La ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA (ELA), es una enfermedad degenerativa, en la cual no se conoce exactamente la causa, en la que unas células (neuronas motoras) del Sistema Nervioso Central, mueren antes de tiempo.
La muerte de estas neuronas motoras provoca un cuadro de atrofia de los músculos, con debilidad y fasciculaciones (temblores de pequeñas partes de los músculos que aparecen espontáneamente), de curso progresivo. Puede comenzar por distintos grupos musculares, como las manos, las piernas o los músculos de la garganta y suele empeorar a lo largo de los años.
La ELA puede afectar a individuos hombres y mujeres de edades variadas, pero es más frecuente cerca de los 60 años de edad.
En el examen físico el Neurólogo debe encontrar además de la atrofia, debilidad y fasciculaciones, alteraciones de los reflejos. El diagnóstico debe realizarse descartando otras causas que puedan producir estos síntomas y certificando a través del ELECTROMIOGRAMA, la pérdida de las neuronas motoras.
Ya que la ELA puede afectar los músculos de la garganta y pueden afectar la alimentación y la respiración, es muy importante controlar estas funciones con estudios como las pruebas de deglución, y la función respiratoria, especialmente durante el sueño con la Polisomnografía (ya que durante el sueño los músculos de la garganta se relajan y puede obstruirse el paso del aire).
El curso de la ELA es crónico y progresivo, y si bien no existe aún un tratamiento curativo, disponemos de varios elementos para ayudar al paciente a mantenerse con la alimentación y respiración adecuadas por muchos años.
Los fármacos que se disponen en nuestro País como el riluzol, retrasa un tiempo la evolución de la ELA.
Risa y llanto "inmotivados": son síntomas que pueden afectar a pacientes con ELA, que si bien no son graves, traen aparejado un gran impacto emocional en los allegados al paciente, son tratables efectivamente con la combinación Dextrometorfano-quinidina.
Investigación: en los últimos años se investigan varios medicamentos para el tratamiento de la ELA, que como toda investigación seria debe ser completamente gratuita para el paciente y su obra social.
Esclerosis Lateral Amiotrófica y Esclerosis Múltiple: Lamentablemente el nombre de estas dos enfermedades neurológicas tan distintas es similar lo que genera muchas confusiones. No tienen ninguna vinculación entre sí, dan síntomas distintos, con tratamientos y pronósticos diferentes (ver ESCLEROSIS MÚLTIPLE).
No todos los dolores son iguales ni responden a los mismos tratamientos.
Los dolores más frecuentes (dolor por ejemplo de una fractura de un hueso), suelen proteger al organismo de padecer un daño mayor, como si fuera la alarma de una casa que nos avisa que algo malo está sucediendo.
El Dolor Neuropático (DN), en cambio es de por sí un problema. Es como si la “alarma de la casa” no funcionara correctamente por algún cortocircuito.
El DN es distinto, se siente muchas veces como una anestesia que duele. Se acompaña de cosquilleos, hormigueos y falta de sensibilidad. La situaciones más parecidas en la vida cotidiana al DN son cuando se “duerme” una pierna o un brazo que estuvieron comprimidos, o la sensación dolorosa que se cuando se está yendo la anestesia luego de un tratamiento odontológico.
El DN suele ser crónico (dura mucho tiempo) y tiende a aparecer por la noche, en el reposo y provocar insomnio y asociarse a depresión. En algunas ocasiones el DN es muy breve y son descargas eléctricas o golpes de dolor de escasos segundos de duración.
El diagnóstico del DN es clínico, quiere decir que la base del diagnóstico será la conversación con el médico y el examen clínico neurológico de la fuerza muscular, sensibilidad y reflejos, que son transmitidos por los nervios periféricos y pueden estar alterados en procesos de DN.
Como el DN puede ser generado por numerosas causas, desde las enfermedades de los nervios periféricos como la Polineuritis Diabética y factores como el Alcoholismo, hasta cuando se comprime un nervio en su salida de la columna por una hernia de disco, los estudios para detectar la causa son muy variados y dependen del cuadro clínico.
EL DN no suele responder a los tratamientos analgésicos comunes, pero responde a algunos fármacos especialmente pregabalina, gabapentina y algunos antidepresivos. El tratamiento suele ser prolongado y requiere control neurológico en muchas ocasiones.
¿Dónde dejé las llaves?
¿Cuán frecuentemente sucede que no recordamos dónde dejamos algo en nuestra vida cotidiana?
A veces no recordamos qué vinimos a buscar a un lugar y tenemos que hacer el recorrido nuevamente para recordarlo. Muchas veces estas alteraciones son parte de lo que llamamos DETERIORO COGNITIVO LEVE, vinculado al proceso normal de la edad.
Es muy común que la gente que supera los 40 o 50 años de edad, consulte con gran preocupación por síntomas como estos, y notar que la atención y la memoria no son las mismas que años atrás, genera muchas veces preocupación.
Los procesos de atención y memoria cambian con el tiempo y se vuelven un poco más lentos, aparecen fallas en la memoria en general de temas no muy importantes, y el temor a padecer e enfermedades como la Enfermedad de Alzheimer promueve la consulta neurológica.
La evaluación del Neurólogo, de las características de esos olvidos y baches en la atención y la memoria, junto a la herramienta de suma utilidad que son las evaluaciones NEUROPSICOLÓGICAS, también llamadas Test de la Memoria o Evaluaciones Cognitivas llevadas a cabo por los Psicólogos especializados en Psicología Cognitiva, junto a algunos estudios complementarios, pueden ayudarnos a establecer un diagnóstico de DETERIORO COGNITIVO LEVE, donde la probabilidad de que con el tiempo se desarrolle un cuadro más severo es muy baja.
Estas evaluaciones muchas veces deben repetirse periódicamente, ya que las fallas cognitivas pueden mejorar, mantenerse estables o empeorar, y estos cambios en la evolución, serán de suma importancia para el diagnóstico de un cuadro de DETERIORO COGNITIVO LEVE o uno de tipo más severo, como la Enfermedad de Alzheimer.
¿Qué es la
epilepsia? Es un
desorden neurológico que ocurre cuando el sistema eléctrico del cerebro deja de
funcionar correctamente. Una única convulsión en la vida NO es sinónimo de
epilepsia
Decimos
que una persona es epiléptica cuando presenta 2 crisis que ocurran con un intervalo mayor a
24hs o 1 crisis asociada a una lesión cerebral o un electroencefalograma
anormal.
¿Cómo reconocer que podés estar frente a un posible
caso de epilepsia?
El síntoma más conocido de la epilepsia son las convulsiones, pero no es el
único indicador de que estamos frente a un caso. La mayoría de los episodios se
dan de forma repentina e inesperada, y puede adoptar distintas formas de
manifestación. Los más llamativos, por supuesto, son las antes mencionadas: rigidez
corporal, perdida de conciencia y sacudones. Existen también las crisis de ausencia, donde
quien lo padece se "desconecta" del contexto por unos segundos. Por
último, podemos encontrarnos frente a una crisis focal, en la que la persona
puede mostrar signos de desorientación, movimientos bruscos focalizados (como
sacudidas en el brazo o pierna), percibir sonidos inexistentes o ver las cosas
con otros colores o formas.
¿Cómo
tratar la epilepsia? ¿Qué se puede hacer frente a un caso de epilepsia? Gracias al estudio científico constante y
los avances de la ciencia, la epilepsia es una patología con altísimo éxito de
control, que permita al paciente llevar una vida normal.
El objetivo es detener las crisis y minimizar efectos secundarios. Los objetivos que perseguimos con el tratamiento
son, prioritariamente, detener las crisis y en lo posible reducir lo más
posible sus efectos secundarios.
El tratamiento más común es con fármacos. La toma periódica de los mismos ayuda a mantener bajo control las crisis y otros efectos. El 70% de los pacientes responde exitosamente a este tratamiento. Otros casos más específicos demandan una intervención quirúrgica, pero de esto hablaremos en profundidad más adelante. También hay casos donde la dieta (altamente especializada) juega un papel fundamental, pero eso también da para un posteo propio.
Pueden ingresar al instagram de las Dra. Chicco y la Dra. Kuperstein para obtener más información.
Prof. Dr. Roberto Rey
Médico Neurólogo MN 65626
Director del Instituto Argentino de Investigación Neurológica (IADIN)
Jefe de Neurología del Sanatorio FinochiettoFacultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires
Si falla la circulación propia del corazón, podríamos decir que casi todo el mundo sabe que se
puede tratar de un infarto de miocardio, y que las consecuencias pueden ser muy graves, en
cambio, a pesar que se trata de problemas de salud muy similares, es importante hablar e
informar a la gente sobre qué es el ACV (ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR), y qué podemos
hacer para evitarlos o disminuir sus graves consecuencias.
Cuando hablamos de ACV, nos referimos a una interrupción de la circulación cerebral de
aparición abrupta (aguda), que provoca un daño a determinada parte del SISTEMA NERVIOSO
CENTRAL -SNC- (Cerebro, Cerebelo, Tronco cerebral y Médula espinal) generando una pérdida
de funciones neurológicas que pueden ser irreparables, cambiando en un instante a la vida de
quien lo padece en pocas horas.
Hablando de ACV, deberíamos decir los ACV, ya que hay varios tipos de ACV. Los más
frecuentes son los ACV ISQUÉMICOS, en los cuales se tapan arterias del SNC, por placas de
colesterol en las paredes de las arterias o por coágulos que viajan por la sangre. También
existen los ACV HEMORRAGICOS, en los cuales las arterias o venas se rompen y la sangre
dentro del cráneo, comprime al SNC provocando un daño muchas veces fatal.
La gran mayoría de los ACV se producen por enfermedades del aparato cardiovascular, al igual
que gran parte de las enfermedades cardíacas, como Hipertensión, Diabetes, Tabaquismo,
Alcoholismo, Obesidad, Apneas del Sueño entre otras, que son los considerados FACTORES DE
RIESGO VASCULAR.
Los síntomas del inicio de un ACV no suelen pasar inadvertidos y se presentan rápidamente
(agudos). Una consulta rápida a un centro de complejidad, puede permitir que el ACV se
revierta. Un cuadro de instalación brusca de debilidad o de incoordinación de la mitad del
cuerpo, visión doble, ceguera o limitación de la visión o falla en la emisión o comprensión del
lenguaje, pueden corresponder a un ACV, especialmente en quienes tengan antecedentes de
FACTORES DE RIESGO VASCULAR.
En la actualidad dados los avances científicos de las últimas décadas, se dispone de un
tratamiento para revertir muchos ACV ISQUÉMICOS, cuando consultan en las primeras 3 o 4
horas de instalados, ya que se puede disolver el coágulo o trombo que genera la obstrucción
de la circulación.
Si la reversión del ACV no fuera posible, y ya que los ACV suelen repetirse, después de un ACV
el paciente deberá controlar sus FACTORES DE RIESGO VASCULAR, con las medidas que se
denominan PREVENCIÓN SECUNDARIA para evitar su repetición.
En algunos casos, las consecuencias de un ACV como hemiplejía por ejemplo, será necesaria
una rehabilitación de las funciones alteradas.
Como recomendación, la PREVENCION PRIMARIA, o sea el control preventivo de los FACTORES
DE RIESGO VASCULAR, será la medida que disminuirá la aparición del ACV y en caso de
aparición súbita de síntomas sugestivos de ACV, la mejor de las posibilidades la otorga una
consulta rápida a un centro de complejidad, donde tendrá la mejor oportunidad de revertir el
ACV.